Estimado Hugo: Empezaste tu artículo con el pie en alto y muy mala leche. Creo que me conoces lo suficiente como para tener claro que no necesito ni nunca necesité -gracias a Dios y a mi esfuerzo- que me paguen un pasaje ni una estadía. Por el contrario, al Partido siempre le he dado y nunca he recibido nada de él porque así entiendo el aprismo. Viajé a Trujillo y Chiclayo, como siempre lo he hecho y no entiendo otra manera de hacerlo, con pasajes en avión pagados con mi dinero y me parece que es lo primero que debe quedar claro.
Pretendes luego, estimado Hugo, enfrentarme con los compañeros de Trujillo, atribuyéndome frases que nunca expresé; lo único que hice fue describir los hechos que fueron públicos -y me ratifico plenamente de lo dicho- sin calificar a nadie. No he llamado “enemigo del aprismo” a nadie en mi artículo y rechazo la expresión “¿Qué zanahoria le han puesto adelante?”, la cual podrías aplicar a algún enemigo verdadero del aprismo pero nunca a un compañero. Menos a mí, estimado Hugo, que nunca he actuado en mis más de 30 años de militancia buscando “zanahorias”; prueba de ello es que con dos profesiones y una maestría nunca busqué ni ocupé un cargo público en ninguno de los dos gobiernos apristas, lo cual es mi mayor orgullo.

